lunes, 9 de enero de 2017

THE PIPPER


                                                  






Para quienes trabajamos con programas de 3D y sólo disponemos de un ordenador, los tiempos de render (representación) de las imágenes en producción (calidad alta) se hacen largos y desesperantes, así, cuando estás en el transcurso de esa etapa del trabajo pones tu cabeza en modo “pilla un papel y ponte a garabatear”.
 Hace unos años, muchos, estando pasando ese momento concreto, tracé los dibujos de unos “seres” que, como cangrejos ermitaños, se encuentran dentro en una pequeña porción de lo que se podría llamar un tubo. La simplicidad de estos dibujos me llevó a guardarlos en ese “cajón de sastre” que todos debemos de tener, yo en concreto tengo carpetas de cartón en las que voy depositando todo lo que dibujo por absurdo e insignificante que parezca. Y es curioso que con el tiempo, ciertos dibujos nos pueden solucionar el problema de la “página en blanco” cuando te han solicitado el diseño de un logotipo, por ejemplo, y no tienes la menor idea de por dónde meter mano.

Hojeando y ojeando ese mundo de papeles sin sentido ni orden para un trabajo, recabé en los dibujitos de los que antes hablaba. Estaba con una determinada idea y me pareció conveniente el cambiar el Chip y dejar para un mejor momento el encargo y centrarme en el potencial, que a primera vista, me pareció tenían los bocetos.

Recuerdo que cuando los realicé no había puesto ningún tipo de interés en que quedara bien, sólo eran una excusa para dejar la mente en blanco y que pasara el tiempo del dichoso render. Con ello, esto es lo que salió.




Cuando os hablo de mucho tiempo desde que hice los bocetos, no os engaño, estos pueden tener aproximadamente unos doce años. Con la perspectiva de ese espacio de tiempo, los miré desde otro ángulo y comencé a esbozar unas pruebas en el 3D de las que poco a poco fueron tomando forma los distintos elementos que compondría el personaje.

Un esbozo para el cuerpo...



...el atuendo...




A medida que iba desarrollando al personaje, se me planteó la duda de cómo debería terminar el rostro de estos, ya podía llamarlos “seres”, y la decisión fue la de mantener esa impronta de monigote o dibujo que le daba un carácter sencillo, minimalista y muy infantil, por lo que decidí que los ojos y boca, como únicos elementos de expresión, serían dibujados...


...era sufuciente.


Ya con la idea esbozada, había que crear un grupo de individuos que pudieran interactuar entre ellos y fueran heterogéneos, vamos, una familia. Así, poco a poco, fui desarrollando el resto de personajes.


La madre... 



 ...un hijo adolescente...




...un Bebé



A todo esto había que darle un nombre. Comencé por lo más obvio, si los personajes vivían dentro de un tubo los llamaría “LOS TUBBY” con raíz del castellano dándole un aire anglosajón para hacerlos más universales.




Esta peculiar familia la imaginé como personajes de un equipo que rodaban una serie de TV. Los representé en un Set de rodaje después de cambiarle el nombre, me pareció que se asemejaba a otros ya comerciales y el anterior me parecía demasiado evidente, decidí cambiarlo por “THE PIPPER” partiendo de la totalidad de la palabra Tubo en inglés (Pipe) con ciertas libertades.





Lo siguiente, el entorno. A estos personajes había que crearle un mundo sobre el que caminar y dar sentido a su existencia y tracé unos bocetos de cómo podría ser. Un paisaje en el que todos los objetos estuvieran sujetos a la forma de un tubo.



Con estos bocetos, preparé la presentación tomando prestada la idea de un logotipo o imagen que había trabajado para una residencia infantil.





Ese mundo había que llenarlo con animales y objetos…


Un coche...





  

...y, como no, una mascota.





Se estaba gestando el mundo de los PIPPER…..Ya os iré contando





No hay comentarios:

Publicar un comentario